lunes, 3 de febrero de 2014

Dulce ironía

Que agradable es tener amigos, y que sean lo suficiente simpáticos para llevarse bien con tus enemigos. Y que bonito quererles lo suficiente para considerar enemigos a los que sean los suyos.
Que bien poder confiar tanto en alguien para poder querer estar siempre con esa persona aunque ella no lo quiera estar contigo.
Que alegría que la gente no tenga que sufrir tanto como tú para conseguir sus objetivos, y que puedas ayudarles sin esperar nada a cambio.
Que bueno tener paciencia para escuchar los logros de la gente, alegrarse por ellos, y no enfadarte cuando no reconozcan los tuyos.
Que incomformista transformar lo mejor que haya conseguido en algo malo, tanto si lo supero como si no, para que no me sienta cómodo con ello.
Que capacidad el entender a la gente, incluso los que no te comprenden a ti, y esforzarte aunque ellos no lo hagan
Que pena que no todos estén tan felices como yo.

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